El voraz incendio que consumió casi totalmente la Catedral de Notre Dame y la respuesta inmediata de la sociedad francesa con generosos aportes para ayudar a su reconstrucción inmediata -algunos estratosféricos, por parte de diversos mecenas, como el magnate François-Henri Pinault– me volvió a incomodar como roca en el zapato. Como suele suceder, cada vez …